La planificación urbana u ordenamiento territorial, son instrumentos de gestión del territorio que permiten contribuir o definir acciones específicas para mitigar o disminuir los riesgos asociados a la ocurrencia de distintos eventos como inundaciones, pero con eventos hidrometeorológicos asociados a la sismicidad.
“Cuando hablamos de gestión de riesgos de desastres, estamos hablando de ese conjunto de medidas, instrumentos, políticas, técnicas, marco normativo y jurídico, que tienen como propósito fundamental mitigar o disminuir los impactos que producen los distintos eventos naturales sobre la población, actividades económicas productivas y sobre los distintos ecosistemas”, así lo dio a conocer Enrique Vargas Fanuco, docente del área de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Panamá.
Según Vargas para poder llegar a definir cuáles son los usos permitidos hay que tomar en cuenta algunas variables asociadas al ordenamiento territorial, “hay variables que son de tipo restrictivas como por ejemplo la pendiente, hay restricción por pendiente, mayor pendiente hay un mayor riesgo de deslizamiento, si hay un suelo cubierto de bosques hay una connotación diferente en materia de riesgo, ya sea por derrumbe o deslizamiento”.
Es decir que para tener un correcto ordenamiento territorial se debe definir sobre la base de algún ejercicio técnico-científico o académico, cuáles son los usos de suelo permitidos en una región, cuenca o ciudad.
Según el docente, las áreas que ocupan las terrazas de los ríos, son espacios que se deben respetar para evitar desborde de las aguas que por allí pasen, para ordenar el territorio debemos tener claro que en el suelo existente el 100% de este no está disponible para ser usado.
Vargas dijo que es importante destacar que hay que separar el evento natural que es el hidrometeorológico y los eventos naturales que pueden ser sísmicos de lo que llamamos desastre natural que es el resultado de una construcción social, “es aquí donde el ordenamiento territorial es clave porque esa construcción se hace sobre base los usos del suelo”.
Por otro lado, hizo mención en que en nuestro país las inundaciones no se dan por lluvia, sino por las malas prácticas en la ocupación del suelo, sumado a las malas prácticas de los ciudadanos.
“Tendemos a resolver nuestros problemas personales, por ejemplo, al tener un espacio verde y se cubre con concreto se disminuye la capacidad de filtración del agua de ese suelo, esa agua que no se pudo filtrar se escurre hacia la calle, acelerando su paso hacia el cauce que en este caso sería la alcantarilla, sumándole que en los sumideros se deposita grasa, aceite viejo, no hemos desarrollado la cultura del separo, disminuyendo la capacidad de drenaje del caudal del alcantarillado, potenciando el riesgo de inundación”, acotó Vargas.
A su vez indicó que no debemos culpar el cambio climático por las inundaciones ocurridas en la ciudad de Panamá, “una cosa es el cambio climático que produce todo tipo de impacto y otra la persistencia de los eventos de inundación urbana, no somos conscientes de nuestras malas prácticas en el uso del suelo, en términos de desastre que no son naturales son construidos”.
Para dar solución a esta problemática el docente sugirió implementar un plan maestro de drenaje para la ciudad de Panamá, “la ciudad y el sistema de drenaje de la ciudad de Panamá colapsó hace mucho tiempo, se necesita un plan maestro de drenaje, se inunda nuestros barrios, pero no se están inundando con aguaceros extremos, estamos hablando que nuestras zonas se inundan con muy poca precipitación, que es reflejo de no ser un problema meteorológico sino un problema de infraestructura de drenaje”.
El poco respeto por las áreas verdes boscosas que son excelentes medios de retención de agua, así como también el de la servidumbre de los ríos, generan inundaciones que no son resultado de un evento hidrometeorológico, sino de fallas en ingeniería.
Por último, manifestó que lo valioso del ordenamiento territorial como una herramienta de gestión, es que permite corregir las malas prácticas de ocupación del suelo, amortiguando los impactos frente a la frecuencia de los eventos.
Actualmente en Panamá no existe una política que regule temas como el correcto desecho de aceite casero y de uso mecánico, construcción en servidumbre en ríos causantes de la mayoría de los colapsos de alcantarillado en la ciudad de Panamá.
Empresas privadas y organizaciones no gubernamentales, han creado campañas de desechos de aceites y material electrónico, promoviendo la cultura del cuido al medio ambiente.
“Universidad de Panamá, la #1 en Educación Superior”
Por: Ingrid Amaya V. Foto: Félix Villarreal V. y tomadas de internet.