Con el pasar del tiempo el cambio climático empieza a pasarnos factura, desde hace más de una década los cambios en el ambiente son notables y el trabajo que se debe hacer en materia ambiental debe ser inmediato.

Durante muchos años fundaciones, organizaciones y diferentes entidades se han visto en la necesidad de implementar iniciativas que buscan preservar los recursos naturales y combatir la contaminación ambiental, una iniciativa que ha llamado mi  atención ha sido las “botellas de amor”, cuya finalidad es transformar el problema de los residuos plásticos en obras sociales, esto para beneficiar a personas y comunidades vulnerables mediante la donación de viviendas, parques infantiles , mobiliario escolares y urbano.

Una iniciativa que ha venido tomando fuerza y que forma parte de esa docencia ambiental que necesitamos, quizás muchos se preguntan ¿de qué se trata esto?, ¿cómo es que eso ayuda al planeta? o ¿quizás como puedo unirme a esa iniciativa?.

En casa llevamos varios meses haciendo esa práctica y la cantidad de basura que antes se desechaban  ha disminuido drásticamente, esto por el plástico que se ha ido reciclando poco a poco, el proceso es sencillo hay que separar los residuos plásticos flexibles como envolturas, empaques de productos que consumimos a diario y lo vamos introduciendo en una botella plástica de cualquier tamaño, bien limpios y lavados, cuando ya estén listas debemos llevarla a cualquier punto de acopio, así dejamos nuestro granito de arena y cuidamos nuestro planeta.

De eso se trata la educación ambiental de ir implementando iniciativas en nuestro hogar, en nuestros lugares de trabajo e incentivando a otros a que lo realicen.

En este sentido el Ministerio de Ambiente viene trabajando en tres niveles de enseñanza donde más de cien centros educativos a nivel nacional se han unido al programa “Bandera Ecológica”, donde se plantean la implementación de estrategias ecológicas para reforzar la educación ambiental, esta iniciativa se desarrolla con la capacitación de talleres, seminarios y jornadas didácticas que dejan en esa semilla de crear hábitos que cuidan nuestro medio ambiente.

El 26 de enero de cada año se celebra el Día de la Educación ambiental, una fecha que se crea por la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente celebrada en Estocolmo. Suecia, en junio de 1972, una fecha donde se debatió la importancia de cuidar el medio ambiente.

En Panamá, el tema de la Educación Ambiental recae en la Ley 38 de 2014, que establece la enseñanza obligatoria de la educación ambiental y la gestión integral de riesgo por desastre. Aunado a la Ley 8 de 2015 que crea el Ministerio de Ambiente, es tarea de nosotros asumir  responsabilidades y contribuir a mejorar las condiciones ambientales en nuestro planeta, preservar los recursos naturales e inculcarles a nuestros hijos hábitos de la cultura ambiental, de esta forma el planeta tierra nos podrá durar muchos años más.

Por: Karla Y. Marciaga Carranza / Foto: Karla Y. Marciaga Carranza

11/02/2022