Por: Rosa Mora/ FAECO- Departamento de Administración de Empresas Turísticas

En enero de 2025, la agencia de las Naciones Unidas encargada de promover el turismo sostenible, accesible y responsable (ONU Turismo) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) han reconocido nuestro potencial. Por ello, han establecido una alianza para impulsar inversiones en turismo hacia Panamá. Ya aparecemos en las publicaciones «Tourism Doing Business» de ONU Turismo, donde se ofrecen cifras y tendencias que esbozan el potencial de inversión en nuestros destinos turísticos. Esta situación nos ha motivado a realizar un análisis de realidades, oportunidades y retos.

Según la misma fuente, Panamá destacó en el primer semestre de 2024, al recibir una derrama económica producto de la inversión turística extranjera (IEDT) de 1.610 millones de dólares, lo que representa un 23% más que en el mismo periodo de 2023. Panamá consolidó su posición como el segundo país de América Central con mayor número de proyectos en nuevas instalaciones entre 2018 y 2023. En ese mismo período, se registraron seis proyectos turísticos adicionales, lo cual representó el 20,1% de los proyectos de la región, con una inversión total de 2.652 millones de dólares y la creación de 13.800 plazas de empleo, convirtiéndose en un destino confiable para la inversión extranjera. ¡Enhorabuena!

Nuestras oportunidades radican principalmente en que somos un país de servicios, con una gran ventaja competitiva en infraestructura, seguridad económica y una política estable. Sin embargo, es necesario que las autoridades incluyan en sus planes un proyecto de largo alcance que contemple un trabajo serio y comprometido relacionado con la cultura ciudadana, enfocado en nuestro territorio, hasta apropiarnos de él y generar una imagen de excelencia.

El reto consiste en hacer un cambio radical, impregnándonos de un sentimiento de pertenencia que se base en el civismo, la solidaridad, la tolerancia, el respeto y la convivencia pacífica. Es crucial imponer disciplina, entre otras cosas, a los conductores que manejan de manera agresiva incumpliendo el reglamento de tránsito; a la imprudencia de los motociclistas y peatones; y a quienes atentan contra la estética de la ciudad al arrojar basura en cualquier lugar. También es importante abordar los tranques y la agresión desmedida hacia el resto de la ciudadanía. El incidente reciente en la calzada de Amador es una vergüenza y una muestra de falta de cultura ciudadana.

Cumpliendo con estos elementos, podríamos contribuir al desarrollo socioeconómico, encaminarnos hacia la ciudad sostenible que todos merecemos y, sobre todo, vivir con orgullo nuestro destino histórico de haber nacido en un país de tránsito.

Foto: CanvaPro

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