En medio del bullicio del vestíbulo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá, se desarrolla algo más que una feria estudiantil: un espacio donde los sueños se transforman en oportunidades. Esta es la misión que lidera Luisa Chanis, estudiante de cuarto año de la carrera de Edificación y coordinadora de la Feria de Emprendimiento.

“Lo de los emprendedores es un evento nuestro, para darles la oportunidad tanto a los estudiantes como a personas externas que desean emprender, y así ayudarnos entre nosotros también”, explicó Chanis con evidente entusiasmo.

La feria, originalmente programada para durar dos semanas, tuvo que ser recortada debido a disturbios ocurridos el jueves y viernes de la semana pasada.

Sin embargo, esto no detuvo el espíritu solidario de la organización. “A los emprendedores que no pudieron vender durante esos días, les reprogramamos su participación para el lunes y martes, para que tuvieran la oportunidad de ofrecer sus productos”, agregó.

Con una participación que alcanza los 80 emprendedores —cerca de 30 a 40 cada día—, la feria representa una vitrina de talento, esfuerzo y creatividad. “Los estudiantes de la Universidad que presentan su recibo de matrícula no pagan nada por participar. Este es su espacio. A los emprendedores externos solo se les cobra entre 2.50 y 5 dólares, y deben traer su propia mesa”, detalló.

Aunque todo el grupo aporta al evento, Chanis destacó el trabajo organizativo de Christian Canales, su compañero de equipo, a quien confía la logística y el bienestar de los emprendedores.

Entre las muchas historias de esfuerzo que brotan de esta feria, destaca la de Ashley Hill, estudiante de segundo año de Trabajo Social en la Facultad de Administración Pública. Su vida cambió con la pandemia: perdió su empleo, pero no su deseo de superarse. Así nació su emprendimiento.

“El deseo de emprender surgió porque me quedé sin trabajo por la pandemia. Gracias a esto puedo cubrir mis pasajes, mi comida, mi almuerzo… ya llevo tres años con este proyecto”, compartió Ashley con una mezcla de humildad y orgullo.

Su puesto ofrece pulseras personalizadas, aretes, collares, cactus, plantas y carteritas con diseños de animales, todo hecho con creatividad y amor. “Siempre trato de ser original. Busco ideas, saco nuevos modelos y evito copiar para que mi emprendimiento se mantenga único”, dijo.

Ashley vende a través de Instagram como @adeshbeth_pty y realiza entregas en todas las estaciones del metro, con mayor presencia en el área de Panamá Norte. “Aquí en la Universidad todos nos apoyamos. Me va muy bien. Siento que, si estudiara en otra universidad, no hubiera podido seguir. La Universidad de Panamá nos brinda ese apoyo necesario para continuar con nuestros estudios y emprender”.

Su mensaje para otros estudiantes es claro: “Ser emprendedor es bueno. En un país donde los jóvenes no consiguen trabajo fácilmente, vender dulces, bisutería, lo que sea… es una buena forma de salir adelante. No tener salario fijo no debe ser excusa para rendirse”.

La Feria de Emprendimiento no solo es un espacio para comprar, vender o admirar talento. Es un reflejo del coraje, la solidaridad y la resiliencia que define a una generación que decide no rendirse.

Por: Alfredo Meléndez Moulton.

Foto: Frank Perea.

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