La Constitución de la República de Panamá, menciona en el artículo 87: “todos tienen derecho a la educación y a la responsabilidad de educarse”; por su parte el Decreto Ejecutivo 1 del 4 de febrero de 2000, señala que: “se establece la normativa para la Educación Inclusiva de la Población con necesidades educativas especiales”.
Lo antes mencionado deja claro que en Panamá la educación es además de un derecho, una obligación y por ende las personas con discapacidad deben tener plena disponibilidad y accesibilidad.
La educación superior ha tenido una serie de transformaciones, cuyo objetivo fundamental es la inclusión y es un punto que ha sido reconocido desde 1984, cuando en la Universidad de Panamá reconoció la Asociación de Estudiantes y Egresados Ciegos Universitarios, abriendo espacios para la atención, apoyo y adaptación de las personas con discapacidad visual y en donde se creó un espacio físico en la infraestructura universitaria.
Esto fue un peldaño en cuanto al avance de la inclusión y es que requiere urgentemente de mejoras no sólo en infraestructuras, sino en el pensamiento del resto de la población estudiantil.
Por otro lado, la pandemia ha beneficiado de gran manera a estos universitarios, gracias a la virtualidad muchos estudiantes en situación de discapacidad han formado parte de las aulas en línea, en algunos casos son de primer ingreso, en otros han dado continuidad a sus estudios llegando inscribirse en postgrados y maestrías, alcanzado un sueño que muchas veces la presencialidad se los impedía, al no contar con un transporte adecuado y salones adaptados a sus necesidades.
Estamos a tiempo, aún se puede revertir ese estigma hacia las personas con discapacidad, de valorar sus capacidades como cualquier otro estudiante y de incrementar el número de egresados de las universidades panameñas.
En este sentido, es importante crear leyes que respeten y exijan las mejoras de espacios físicos, se multe a las instituciones educativas que no la sigan, haciendo valer el derecho a la educación en donde prime la inclusión y se elimine la discriminación hacia las personas con discapacidad, pues al final todos somos seres humanos con los mismos deberes y derechos por igual.
Por último, cito los tres objetivos básicos que propone el Programa de Acción Mundial para las personas con discapacidad: equiparación de oportunidades, prevención y rehabilitación; elementos fundamentales para garantizar una educación superior de calidad 100% inclusiva.
“Universidad de Panamá, la #1 en Educación Superior”
Por: Ingrid Amaya V. Foto: tomada de tododisca.com