La educación es una herramienta que afianza la empleabilidad y gracias a las competencias que desarrollan los estudiantes, los jóvenes se encuentran mejor preparados para afrontar retos en el mundo laboral.
Muchos jóvenes alcanzan una educación universitaria, por lo que la mayoría deben tener mayores probabilidades de encontrar un mejor empleo por su nivel de preparación. Así como aquellos que consiguen mayores logros académicos, podrán verlos reflejados en su trayectoria profesional.
Pero la realidad cambia cuando una vez obtenido un título universitario, no se logra conseguir un trabajo acorde a la carrera estudiada. Actualmente el desempleo aumenta por muchas razones, entre ellas la falta de empresas firmes que a pesar de verse afectadas por la pandemia por el COVID-19, han mantenido sus planillas, más sin embargo no han realizado contratos nuevos.
Cabe resaltar que la problemática de los empleos para los nuevos profesionales ha sido una batalla larga, una realidad es la poca oportunidad, para los principiantes ya que en las solicitudes de empleo unos de los requisitos principales es tener experiencia de dos a tres años como mínimo, lo que hace un obstáculo para los recién graduados.
Un profesional con una formación académica superior desarrolla ciertas habilidades para que le permitan insertarse en el mundo laboral. Estas habilidades son también reconocidas como aptitudes, las cuales en su conjunto forman parte de su personalidad, así como también sus capacidades, para desempeñarse en una función, por lo que debe dárseles esa oportunidad.
Por otra parte no podemos olvidar la importancia que esto conlleva en el desarrollo de los estudiantes, desde que dan inicio a su vida escolar, la orientación, el conocimiento y el desarrollo de diferentes conocimientos que van adquiriendo en cada nivel de sus estudios.
Es claro que los recursos de algunos sectores bajan según la capacidad con la que cuenta cada región y es ahí donde se ven afectados los profesionales, optando por realizar trabajos que no tienen nada que ver con su preparación académica, por la necesidad personal.
Ningún trabajo denigra a otro, pero las oportunidades en muchas ocasiones son pocas, de esto podemos dar un ejemplo, como lo es un médico que tenga que realizar cualquier otra función por no contar con una plaza de trabajo. Otro caso común es encontrar profesionales de distintas carreras trabajando como taxistas u otras labores con el fin de llevar un sustento a sus hogares por falta de oportunidad laboral.
Existen países que llevan mucho tiempo invirtiendo en educación, tal es el caso de países como Suiza, Estados Unidos y Japón. Su nivel de competitividad económica no es casualidad; va estrechamente relacionado con la estructura de cualificaciones.
Panamá, cuenta con muchos recursos para dar un crecimiento notable en diversas carreras a nivel superior, el aumento de la población debe impulsar a visualizar los campos más necesarios, así como el apoyo con recursos para aquellos estudiantes que merecen un respaldo económico, lo que ayudaría a salir de la pobreza a miles de ciudadanos que son el sustento de una familia.
Considero que el mercado laboral se debe analizar y su vez dar las oportunidades a aquellos nuevos profesionales que muchas veces no logran ejercer sus conocimientos y preparación por falta de oportunidades de empleo, aunado a esto las exigencias de las empresas que sólo hacen llamados para aquellas personas con una experiencia comprobada, cuando año tras año las universidades preparan miles de estudiantes capaces de ejercer un puesto una vez obtenido su título a nivel superior.
“Universidad de Panamá, la #1 en Educación Superior”
Por: Rocío L. Rivera T.
Foto: Internet Unidad Coronaria