Luego del hogar, el lugar donde más horas permanecen las personas es en el trabajo, ahí pernotan entre 8 y 12 horas diarias, durante 5 y hasta 6 días por semanas, ante esta realidad que viven los trabajadores es importante contar con un entorno laboral saludable, para garantizar una buena salud y el éxito de la organización o empresa.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), “Un entorno laboral saludable es aquel en el que los trabajadores y directivos colaboran en utilizar un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sustentabilidad del ambiente de trabajo”. Mientras que definen salud como “Un estado de completo bienestar físico, mental y social y no la simple ausencia de la enfermedad”.
Para que se dé este entorno laboral saludable la OMS pondera los siguientes aspectos: la salud y la seguridad relacionada al entorno físico del trabajo, la salud, seguridad y bienestar relacionada al entorno psicosocial del trabajo, incluyendo la organización del trabajo y la cultura laboral, los recursos personales de salud relacionados con el espacio o ambiente laboral y los indicadores sobre las formas de participar en la comunidad para mejorar la salud de los trabajadores, sus familias y los otros miembros de la comunidad.
Los beneficios de contar con un ambiente laboral saludable son tangibles en las empresas o instituciones, porque un empleado motivado rinde más en su trabajo y su productividad marca una diferencia en el logro de metas u objetivos para la empresa o institución, además de mejorar el trabajo en equipo.
Existen algunos elementos que pueden dar cuenta de un buen clima laboral: Dirección/liderazgo positivo, comunicación asertiva, sistemas de compensación, salario emocional, relaciones interpersonales sanas, autorrealización.
Para que un entorno laboral fluya de la manera correcta es importante contar con un jefe que sea líder, un buen líder es capaz de guiar una empresa o institución hacia el éxito; teniendo presente diversas acciones y estrategias corporativas para alcanzar su propósito; en cambio un jefe solamente impondrá sus órdenes simplemente por el hecho de tener autoridad.
Cabe destacar que la comunicación, entre jefes y subalternos, debe ser asertiva, porque ella garantiza que se entiendan las necesidades de la empresa o institución y se puedan lograr todas las metas establecidas y si hay algún conflicto puede ser un medio efectivo para resolverlo.
Cuando un ambiente laboral no es saludable, la productividad de la empresa o institución se ve afectada porque baja el rendimiento del personal, hay ausentismo, existe poco compromiso de los empleados, el trabajo tiene baja calidad, daño a la reputación de la empresa o institución, solo por mencionar algunos aspectos negativos de esta situación.
El origen y evolución de los esfuerzos para mejorar la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores, son tan complejos como la evolución de las ideas acerca de cómo alcanzar los objetivos de la OMS y la OIT para los trabajadores, a lo largo del tiempo. Existen actualmente acuerdos y convenios que protegen a los empleados, pero a pesar de tantas luchas y conversaciones persiste la conducta de mantener ambientes de trabajo tóxicos.
Un fenómeno negativo que afecta a los empleados en su entorno laboral es el denominado acoso laboral o mobbing, que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define como: “Acción verbal o psicológica de índole sistemática, repetida o persistente por la que, en el lugar de trabajo en conexión con el trabajo, una persona o un grupo de personas hiere a una víctima, la humilla, ofende o amedrenta”.
Este tipo de situaciones provocan ambientes laborales tóxicos, mismos que no representan ningún beneficio para los que lo sufren, es recomendable que las personas que viven esta situación aprendan a detectar y de paso enfrentarla para acabarla, siendo el paso más importante denunciarla ante las autoridades competentes.
Por: Irina Chan Castillo / Foto: archivo Canva