Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial y nuestro país se suma a ese índice, según datos del Ministerio de Salud (MINSA), para el 2019 se tuvo un registro de 1,667 personas que murieron por enfermedades cerebrovasculares, por su parte la enfermedad isquémica del corazón cobró la vida de 1,623 panameños.
Las mismas se clasifican en miocardiopatías, cardiopatía congénita, cardiopatía reumática, cardiopatía coronaria o infarto de miocardio, hipertensión arterial.
También forman parte de este grupo la insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular (apoplejía) y la enfermedad vascular periférica.
Pero más allá de los nombres de las enfermedades cardiovasculares, lo que realmente importa es las causas de ellas y la principal es la mala alimentación.
El alto consumo de alimentos altos en grasas y sodio, comúnmente vistos en condimentos artificiales, embutidos, conservas y más, han originado se eleven los casos de personas que han sufrido de alguna de las enfermedades cardiovasculares, de las que algunos nos sabían que las padecían hasta causarles la muerte.
Para ello se debe incluir en la dieta vegetales y frutas, además de visitar a un nutricionista que indique una dieta rica en nutrientes y acorde a la edad del paciente.
Por otro lado, es vital el disminuir consumo de bebidas alcohólicas y de cigarrillos, hábitos que pueden ser controlados y de ser posibles eliminados, con tratamientos indicados por parte de un experto.
Son procesos que pueden ser a corto y largo plazo, dependiendo del paciente, que serán en beneficio de la salud de la persona que sufre o tiene tendencia a padecer de enfermedades del corazón.
No podemos olvidar el incluir el ejercicio físico en nuestro día a día, según la Asociación Americana del Corazón, realizar 30 a 60 minutos diarios de actividad física cinco días a la semana, puede reducir significativamente la posibilidad de padecer enfermedades del corazón.
Practicar ejercicios aeróbicos o de resistencia de forma regular fortalece el sistema cardiovascular, además de producir cambios significativos en el sistema cardiopulmonar, cómo proteger el corazón contra infartos, disminuye los niveles de presión arterial, reduce el riesgo de arritmias, muertes cardiacas súbitas y del progreso de diabetes en pacientes de alto riesgo de ella.
Otros de los aportes del entrenamiento diario a favor del corazón es la disminución de ansiedad y depresión, refuerza las funciones físicas y cognitivas, mejora el desempeño en el trabajo y en las actividades deportivas y recreativas.
La visita anual al médico y realizar exámenes generales para ver cómo están los marcadores de posibles riesgos, son fundamentales, esto sin importar la edad, pues se piensa que sólo después de cierta edad se deben realizar los chequeos periódicos.
“Reacreditación Institucional, una meta de todos”
Por: Ingrid Amaya V. Foto: Pinterest.com