Ante la presencia un grupo de estudiantes del sexto año del Colegio Federico Zúñiga Feliu, de Penonomé, provincia de Coclé, tres prominentes historiadores analizaron la obra de Ernesto J. Nicolau, “El Grito de la Villa” (10 de noviembre de 1821) en la Sala de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (RAI) de la Biblioteca Simón Bolívar en la Universidad de Panamá.

Los conferencistas Celestino Araúz, catedrático de Historia e investigador; Pantaleón García, catedrático de Historia e investigador; y Vilma Chiriboga, sub directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Panamá participaron de esta actividad organizada por el Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades (CIFHU) y el Instituto de Investigaciones Históricas (IIH).

La conferencia fue moderada por el catedrático en sociología, Olmedo Beluche, en la que hace algunas consideraciones de las causas reales del Grito de La Villa de 1810, quien en su resumen comentó que: La motivación concreta de los pueblos del interior para sublevarse no fue la “libertad” o la “patria” en abstracto, como suele decir la historia oficial, sino el disgusto del campesinado por la leva y avituallamiento forzoso del ejército realista ordenado por el capitán general Juan de la Cruz Mourgeon en sus preparativos para zarpar hacia Sudamérica, para combatir a los independentistas en Quito, en los últimos meses de 1821.

En este contexto, Beluche cita a Nicolau, quien describe que: “… el Capitán General se dedicó a poner en juego toda la habilidad imaginable en los preparativos de su expedición, reclutó milicianos, exigió contribuciones de guerra onerosísimas entre aquellos que no podían tomar las armas, y gravó con grandes impuestos a los comerciantes; recurrió a los tesoros sagrados de las iglesias, y mandó expediciones a los pueblos del interior con el fin de acaparar todos los recursos que estuvieran al alcance de la mano o no”.

Asimismo, el autor menciona que: “en los pueblos se realizaron hazañas de verdadero saqueo, pues las tropas entraban a las casas, ponían presos a los dueños, y se llevaban lo que encontrarán en ellas”.

Ahí en ese párrafo está la causa real, material, concreta, que explica por qué en 1821 la sublevación popular en favor de la independencia de España empezó en las regiones campesinas y por qué La Villa de Los Santos se puso a la cabeza del movimiento. La gente se cansó de esos abusos.

“Reacreditación Institucional una meta de todos”.

Por: Alfredo Meléndez Moulton.              Foto: Félix Villarreal