El Panama Jazz Festival celebró en grande 20 años de sólida presencia en el país. Su creador, el maestro Danilo Pérez, nos comparte reflexiones sobre el trabajo que el equipo de la Fundación Danilo Pérez desarrolla para aportar al crecimiento sostenido de este evento cultural que se encuentra entre los 5 destinos importantes a visitar en el país. Asimismo, nos habla de su última producción musical Crisálida, nominada a los premios Grammy 2023 en las categorías mejor álbum de jazz latino y como mejor composición instrumental por la pieza “Al Musafir Blues” en una entrevista que nos concedió.
RT: A Danilo Pérez le decían “El Cholo”, no sé si todavía le dicen El Cholo…
DP: Sí, siempre. “El Cholo” hasta la muerte.
RT: Ahora que conversamos, hubo algo que me encantó leer desde las redes sociales como anécdota de vida y fue la celebración de tus 40 años como estudiante del Colegio de Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega.
DP: Sí señor. ¡Wow! Imagínate. Hace algunas semanas nos reunimos después de 40 años de habernos graduado de secundaria. Teníamos rato que no nos veíamos y fue verdaderamente una sensación extraordinaria, una cosa que no te puedo explicar. Empezamos a recordar momentos, los momentos de victorias que tuvimos, los difíciles y la verdad que sentía una emoción de lo más profunda ante esa convocatoria que pasó. Me siento verdaderamente con mucha gratitud de ese encuentro que tuvimos porque pudimos estar juntos. Dicen que de la memoria uno vive, uno renace y así me sentí, renacido.
RT: Qué bien Danilo, y eso es importante. ¿Por qué?, y lo traigo a colación. Muchas personas piensan: ¡Joo! Danilo Pérez, Dios mío, ese es de Berklee y no sé qué cosas de Estados Unidos y el mundo, pero inició ese sueño tuyo desde un colegio público en la ciudad de Panamá.
DP: Sí y fíjate lo interesante de eso es que toda esa generación salió muy buena desde el colegio. Debemos verdaderamente recordar de esos momentos en la escuela la calidad de la educación que tuvimos ahí, que fue muy exigente y fíjate que eso sentó el precedente para que pudieras destacarte en cualquier ambiente educativo en Panamá y el mundo.
RT: Más allá de las experiencias con tus padres, que han sido extraordinarios educadores, empiezas a formular y trazar la ruta hacia un destino y ese destino te lleva por el mundo a través de todo lo que has podido realizar en cuanto a la música, pero sin olvidar tu identidad, tanto panameña como latina en general. ¿A qué le atribuyes tanto el éxito dentro de lo que realizaste en tu carrera profesional, docente e incluso como ser humano?
DP: Bueno, si remontamos de dónde vengo yo, mi madre es una mujer muy alineada con el proyecto revolucionario y sí, desde la reforma educativa, una gran creyente en el desarrollo humano y nos inculcó la idea de la equidad, nos inculcó la idea de que la mujer debía que tener un espacio grande para alcanzar el desarrollo sostenible, y yo crecí con una figura de madre muy fuerte, estuvo cerca mi hermana también, mucha personalidad, mucho carácter, y mi esposa Patricia Zarate y no puedo dejar por fuera a mi mentora Cecilia Nuñez. Yo he tenido grandes mentoras que han sido mujeres extraordinarias. Cecilia Nuñez y la profesora mía que me cambió la vida fue Edna Golanski una gran profesora de piano. Así esa relación con las mujeres ha sido parte de mi formación, quien yo soy y Patricia, mi esposa y por supuesto, mis hijas, le ha agregado un componente increíble al proyecto. Agrégale también que trabajo con muy buenas profesionales como Aleida Duartes que dirige la Fundación Danilo Pérez, quien en equipo compartimos la visión y la estrategia para mantener la sostenibilidad.
RT: Ese sentido de empoderamiento femenino permea de manera muy positiva a lo que están realizando con el Panama Jazz Festival, este año celebrando 20 años.
DP: Exactamente, si las personas pudieran ver lo que pasa tras bastidores, las reuniones que tenemos… Nosotros, como fundación y equipo del Panama Jazz Festival, son en su mayoría de mujeres, así que como decimos este año: “Más mujeres, mejor país”. Soy creyente de que los cambios se van a hacer de esa manera, con más oportunidades en el tema de género, de equidad. Nosotros somos parte de un movimiento muy fuerte, el Global Jazz Institute, la institución que yo fundé en Boston. Hemos logrado una igualdad de género, de oportunidades para los diferentes géneros que verdaderamente lo hacen muy único y especial y yo creo que he visto el cambio. Rainer, cuando tú trabajas verdaderamente rodeado de mujeres, su manera en el trato, la consistencia, la disciplina con la que ellas le hacen frente a las situaciones, uno aprende mucho.
RT: Danilo. Son 20 años celebrando el Panama Jazz Festival. Hablemos de números. ¿Cómo le ha ido festival desde el 2003, cuando decían que en Panamá no escuchábamos jazz a ahora, con más de 30 mil personas metidos en la buena música y el mejor ambiente cultural de la temporada?
DP: En 20 años han ocurrido muchas cosas. Desde las 8 mil personas que entraron a inicios de esta gran iniciativa hacia los más de 300 mil seguidores que tenemos pendientes de estas fechas y este año creo que entraron más de 30 mil personas al cierre con Gilberto Santa Rosa, ha sido una locura, una bomba. El reto es mágico, con la responsabilidad de un masivo crecimiento y la sostenibilidad económica. Claro, es que uno pensaría que el éxito lo medimos con la mayor cantidad de asistentes, cuando en realidad debemos medirlo desde un modelo sostenible y consciente del trabajo realizado con un equipo comprometido.
RT: Festivales de primer nivel en el mundo implican sostenibilidad económica, calidad y un equipo de trabajo enfocado.
DP: Así es Rainer, el progreso del festival está demostrado. Empezamos con el sueño de crear un hub de admisiones y becas desde Panamá y eso se logró. Luego, pasamos al compromiso de nivelar a nuestros muchachos para que logren competir en las becas para las escuelas e instituciones que nos apoyan. Eso nos llevó a desarrollar un sistema educativo para preparar a los colegas y el esfuerzo de años ha dado resultados. Un claro ejemplo lo tenemos en el saxofonista Samuel Bastista, que venía de la escuela de artes diversificada, crece con nosotros y en la actualidad entró a una competencia y pudo ser parte de audiciones para ser escogido con 20 estudiantes entre cientos de participantes. Asimismo, Luis Carlos Pérez, Carlos Agrazal, Joshue Ashby que forman parte de una lista de resultados muy concretos. Lo lindo es que ese gran proyecto es parte del programa de desarrollo humano a través de la música.
RT: Los acercamientos con la academia y el trabajo de la fundación son grandes complementos para estos niños y jóvenes que logran convertirse en artistas de primer nivel.
DP: Sí, Unos empezaron desde los 7 años y con el paso de los años hemos visto cómo han crecido en el ambiente musical tanto en Panamá como a nivel internacional. Mira, Ruben Blades cuando toca en distintos escenarios, pide aplausos para el proyecto Fundación, pues algunos de sus músicos vienen de aquí. Incluso, algunos músicos más formaron parte del proyecto de Jamboree Juventud desde los años noventa. En Panamá se dio la invasión en 1989, que no solo trajo traumas profundos, físicos y sicológicos y de identidad, sino culturales, pues nos dimos a la tarea del rescate del Tambo Jazz, que venía de las manos de Víctor Boa, Bat Gordon, Reggie Boyce y Danny Clovis. Con el Jamboree encontramos una vía de rescate cultural.
RT: Me hablas del Jamboree en los años noventa y es grato saber, con el paso de los años, que la Fundación Danilo Pérez en la actualidad cuenta con nuevas instalaciones. El tiempo pasa y el proyecto evoluciona.
DP: Sí, y lo lindo de esto es que el sueño personal se transformó en una realidad colectiva. Debemos estar conscientes de que a pesar de que soy el artista, todo el trabajo que se realiza es de un equipo, porque sin el colectivo no hubiera pasado nada. Si n el equipo, sin Aleida Duartes, Patricia Zárate, Mélida Trujillo y toda la gente que nos acompaña, no tuviéramos la fuerza y el espacio para generaciones de jóvenes que sueñan. Y fíjate que es hermoso saber que desde afuera ven al Panama Jazz Festival entre los 5 lugares o eventos que no te puedes perder si visitas Panamá. Es un honor de para el país que puedan reconocernos como activo cultural, pero también es un reto, porque lo que no ha cambiado es la misión, visión y nuestro norte colectivo.
RT: Otro tema que me gustaría abordar y compartir es el orgullo como panameño que sentimos cuando anunciaron las 2 nominaciones al Grammy gracias a tu última producción titulada Crisálida. En esas categorías normalmente esto no ocurre. El proyecto encanta al público porque se siente que tiene un poquito de todo en la música. ¿Cómo surge Crisálida y explícanos ese recorrido desde Berklee College of Music hasta la entrega de los Grammy 2023?
DP: Muy feliz por todo lo que nos ha sucedido. Y debo remontarme a los sueños y por ello sigo soñando. Cuando iba a Amador y miraba hacia el Puente de las Américas, me decía: – Mira ese pedacito de puente. Eso tan chico une al mundo, y esa reflexión la compartí en mi disco Motherland me dije que quisiera a dedicarme a hacer música para reflejar en ese sentimiento. Pero, ¿cómo suena todo eso?, la respuesta es Crisalida.
Es un proceso que lleva muchos años. Allí se unen muchos de mis grandes sueños. Después que uno tocar con grandes figuras como Dizzy Gillespie o Wayne Shorter y siente una responsabilidad en la espalda sobre qué hago con toda esa experiencia, encuentras que en la educación existe la forma de activismo social más orgánica que vivimos hoy día. Así, me dedique a la educación, a crear un instituto, romper ciertos paradigmas y modificar la enseñanza del jazz, dar un espacio a la influencia en el caribe en el jazz. También, ayuda entender que panameños como Luis Russel aportaron su granito de arena en Panamá para la fundación del Jazz.
Crisálida, básicamente, es la creación de un espacio en donde las diferentes disciplinas se unen y los artistas re imaginan el mundo. Olga Sinclair, en el concepto de la portada del disco, por ejemplo, es muy valiosa, y Tito Herrera en la visual fotográfica también, así como el grupo de ingenieros y técnicos que son parte de Berklee y el Global Jazz Institute son el complemento de una educación interconectiva, y de la misma manera coexisten con la responsabilidad de los artistas en esta era para seguir adelante en este mundo definiendo el término esperanza. Crisálida es un espacio místico que protege al mundo. Es un lugar de convergencias culturales, ideas innovadoras que son afines a al gran legado que sentimos de Panamá como como nota paso, una linda nota de paso y es lo que es Crisálida y como se hizo todo en Berklee College of Music con los estudiantes y el equipo técnico nos fuimos directo a los Grammy. El feedback ha sido de aplausos de los mismos estudiantes que ven evidencias en todo lo que se hizo. Desde Boston contamos la historia de Panamá. Sin la inclusión de Panamá, el Caribe, y Brasil, se siente incompleta la historia del jazz.
Por: Rainer Tuñón C.