Los árboles panameños están siendo estudiados para conocer su posible respuesta ante las condiciones de cambio climático en el país. Carlos Guerra, profesor e investigador del Departamento de Botánica de la Universidad de Panamá, realiza investigaciones de los gases de efecto invernadero que son producidos por nuestra vegetación, entre ellas, un proyecto para establecer una torre de medición directa de flujo neto de CO2 y otros gases de efecto invernadero en un bosque tropical panameño ubicado en el Parque Nacional Camino de Cruces.

Guerra, además desarrolla un proyecto de biodiversidad para conocer qué plantas y qué organismos se encuentran dentro de esa área protegida y que incidirán en la emisión de esos gases, así como la arquitectura y estructura de árboles y plantas tóxicas de Panamá, pues en los últimos años el aumento de la temperatura ha ocasionado cambios climáticos que amenazan la vida sobre la tierra y con ello, la atmosfera ha sido dañada considerablemente por la emisión de los gases de efecto invernadero provenientes de la industria, los automóviles y la deforestación desenfrenada; a través de los gases que se acumulan en la atmósfera terrestre, que son capaces de absorber la radiación infrarroja del sol, y como consecuencia, retienen y aumentan el calor en el ambiente.

RR: ¿Cómo fueron sus inicios en el arte de la identificación de las plantas?

CG: Cuando tomé la carrera de botánica (en ese tiempo era botánica o zoología), en Biología, me di cuenta que soy más afín a las plantas. Entonces, me especialicé en esto y aprendí de grandes maestros el arte de identificación de las plantas. Lo que más me impulsó a estudiar esta carrera es que en Panamá existe una diversidad que ronda actualmente las 11.000 especies, comparado contra los otros grupos. Esto es demasiado y por lo tanto no hay muchas personas interesadas en estudiar esta carrera.

 RR: Como docente e investigador, ¿hacia dónde lo han llevado las experiencias de vida y carrera?

CG: Estuve 10 años como consultor afuera del país y luego apliqué para dar clases en el Centro Regional Universitario de Darién. Trabajaba allí en investigación desde antes de graduarme de la Universidad de Panamá, asociado a proyectos de investigaciones de la Organización de Estados Americanos, bajo la dirección del doctor Mahabir Gupta, Director en Universidad de Panamá del Centro de Investigaciones Farmacognósticas de la Flora Panameña (CIFLORPAN). También hice unas pasantías en Estados Unidos para hacer identificación molecular de plantas. Tomé unos cursos de postgrado para aprender a manejar los recursos naturales en el país. Inicié una maestría en la Universidad de Panamá, en el área de botánica, lo que estoy muy relacionado con CIFLORPAN, al estudio de plantas medicinales o plantas de interés tóxico.

RR: ¿En qué proyectos de investigación ha participado?

CG: Actualmente cuento con más de 22 investigaciones desarrolladas. Todas tienen relación con el cambio climático, los gases efecto invernadero, la biodiversidad y nuevas especies de plantas que no se habían descubierto en nuestros bosques tropicales.  Trabajamos en el  establecimiento de una torre de medición directa de flujo neto de CO2 y otros gases de efecto en un bosque tropical panameño”. Asimismo, he colaborado en investigaciones sobre la Biodiversidad del Parque Nacional Camino de Cruces, Plantas Tóxicas de Panamá; Estructura vertical de especies arbóreas en un bosque de tierras bajas de Panamá; el proyecto Potencial Anti-Cáncer y Antimicrobiano en una Parcela del Bosque del Parque Nacional Camino de Cruces y serpientes venenosas en Panamá, entre otras labores investigativas.

RR: ¿Ha tenido experiencias y conexiones con las comunidades originarias de nuestro país?

CG: He participado en el desarrollo de algunos proyectos orientados al rescate de la tradición sobre el uso de plantas medicinales en comunidades indígenas (Emberá Wounaan, Naso Teribe, Kuna) y afro-caribeñas.  También, mi participación en charlas y simposios me ha permitido entrar en comunicación y traducir un lenguaje científico para una multiplicidad de público que van desde personal de las regiones de salud, académicos,  investigadores, hasta público en general de estas comunidades. Nuestro trabajo ha abarcado desde la región Teribe Bocas del Toro, Chiriquí, Darién, Colon, Zarigua, Veraguas, prácticamente en todo el país.

RR: ¿Qué nuevas especies ha descubierto?

CG: Hemos colectado nuevas especies para la ciencia que no estaban documentadas en el país, como lo son la familia de los frijoles; un árbol llamado el Nazareno por su color morado, proveniente de una especie cultivada no se sabía que estaba en Panamá, tomando como 10 años para lograr si identificación. En el área de Coclé Norte realizamos otro hallazgo de la familia del marañón (Anacardiáceas), que no se sabía que estaba en el país.

En la Isla de Coiba encontramos especies que no estaban documentadas de la familia de la naranja. Gracias a las investigaciones de nuestros estudiantes, hemos logrado detectar unas 63 especies que crecen sobre el árbol Espavé, o sea que cada vez que se corta un árbol se afecta estas especies que a su vez refrescan el ambiente y capturan dióxido de carbono para disminuir el efecto invernadero y que aumentan la masa vegetal.

Sobre los Helechos, también se han reportado más de 52 especies nuevas, de siete que se tenían en conocimiento.

RR: ¿Qué proyecto de investigación tiene pendiente a concretar?

CG: Terminar el proyecto de la torre de medición directa de flujo neto de CO2, para poder interactuar con la Escuela de Física y Química de la Universidad de Panamá, para hacer estudios de la composición de la atmósfera, los contaminantes y empezar hacer estudios de cuáles son las especies de plantas recomendadas.

RR: ¿Qué mensaje compartiría con estudiantes que aspiran a estudiar la carrera de biología?

CG: Les puedo decir que, dentro de la biología, los botánicos deben enfocarse en afianzar sus estudios para dominar las terminologías, en especial en el idioma inglés, ya que la mayoría de los nombres de nuestra flora están en este idioma, además de otros lenguajes que se tienen que aprender a usar porque el fuerte de este departamento es la identificación de plantas y sus nombres correctos son muy importantes.

Sobre Carlos Guerra

Licenciado en Biología con especialización en Botánica. Doctor en Ecología de Bosques. Cuenta con maestrías en Ciencias Biológicas con especialización en Botánica y de Gestión de Recursos Naturales y Ambientales con estudios en Docencia Superior.

Fue compilador científico, en apoyo al Editor, Prof. Dr. Mahabir P. Gupta, en el libro Plantas Medicinales Iberoamericanas, sobre los usos y conocimiento científico de más de 200 especies de plantas en 21 países Iberoamericanos, financiado por la Secretaría del Convenio Andrés Bello y el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo.

Cuenta con una multiplicidad de proyectos de investigación desde 1995, encargado de atender a personal nacional y extranjero como parte de actividades de divulgación de proyectos, he asistido y orientado al personal de Proyectos conjuntos de la Universidad de Panamá y Universidades de Alemania, Países Bajos, Escocia, Laussane (Suiza), Suecia, Bélgica, República Checa, Estados Unidos de Norteamérica, entre otros.

Ha trabajado en más de siete publicaciones tanto nacionales como internacionales, entre ellas: Características de los vientos registrados en la estación boscosa del sitio Rajec, como parte de la Sistema Checo de Observación del Carbono; Características de los vientos registrados en la estación boscosa de la estación ecosistémica; Long term measurement of leaf area index and radiation use efficiency in short rotation coppice poplar cultures and cereal crops, 24th European Biomass Conference and Exhibition, Amsterdam; Tamizado de las plantas Latino Americanas con actividades antiparasíticas, anti-maláricas, anti-Chagas, y anti-leishmaniasis y Plantas Medicinales Iberoamericanas; Etnobotánica médical de los Teribes de Bocas del Toro, Panamá. Journal of Ethnopharmacology.

Guerra ha sido Presidente del Gremio Colegio de Biología en Panamá (COBIOPA), en donde se logró la aprobación y sanción de la Ley 17 de 2009 que regula el ejercicio profesional de las Ciencias Biológicas en Panamá, colaboró en la realización de las dos primeras olimpiadas de Biología en Panamá y lideró el establecimiento del primer Consejo Técnico de Ciencias Biológicas de Panamá que, a partir de ese momento, entregó idoneidades a todos los profesionales en Panamá; manejó administrativamente el Sub Proyecto del Fondo Darién; Monitoreo de Abejas (Hymenoptera: Apidae) de orquídeas e insectos acuáticos del Parque Nacional Darién y encabezó una nómina para establecer la directiva del Colegio de Biólogos de Panamá.

Por: Rocío L. Rivera T.

Foto: Cortesía

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