Los panameños y panameñas, en algún momento de nuestras vidas, hemos conocido, leído o escuchado sobre la figura de Victoriano Lorenzo, tal vez en los textos escolares, en el aula de clase, en un busto, una escultura o una pintura, en algún artículo de periódico o revista, algún video documental, etc.

Es decir, sobre su figura y actuar, este personaje panameño, durante muchas décadas, fue desdibujado en la historia y, en algunos textos, llegó a ser catalogado incluso como un rebelde sin causa, delincuente o traidor, con la finalidad de desprestigiar y denigrarlo; sin embargo, esos calificativos despectivos, negativos o mal intencionados contra la figura de Victoriano Lorenzo Troya, con el tiempo han sido contrarrestados, otorgándole así el sitial, el espacio y la dimensión correcta gracias a la pluma de académicos y escritores honestos, a los sitios y espacios que se le han dedicado y también gracias al accionar incansable de los sectores y organizaciones populares en el rescate de su memoria histórica, quienes con el paso de los años han asumido la responsabilidad de mantener muy en lo alto la vida, obra y legado patriótico de quien fue un gran líder campesino y primer comandante militar de los cholos coclesanos, un estratega y revolucionario durante la Guerra de los Mil Días que hubo entre Liberales y Conservadores.

Por su accionar en el terreno de la lucha militar de “guerra de guerrillas” a su propio estilo campesino, a Victoriano Lorenzo Troya se le consideró un caudillo, no solamente por lo que fue su participación militar en la Guerra de los Mil Días, misma que le proyectó y permitió gran influencia en el istmo de Panamá, porque en ella estuvo luchando contra los abusos que cometían las autoridades conservadoras en contra de los istmeños, y estando en el ala de los liberales, en aquel momento de la historia luchó en favor de garantizar el fin de ese estado de abusos cometidos por los contrarios contra su pueblo.

Es conocido que, por demostrar su valioso conocimiento en el terreno militar, Victoriano Lorenzo llegó a ser nombrado General de División de las tropas Liberales, donde logró muchas victorias; motivando así la rebelión del campesino y originarios para luchar por sus tierras y por su libertad.

Esa influencia que ejercía entre los campesino e indígenas lo convirtieron en el comandante luchador y militar, experto en capacidades tácticas y estrategias en cualquier terreno, y a razón de ello se convertía en el referente más peligroso de los alzados y rebeldes del campo, pues con ello, atraía cada vez más hacia sus filas al resto de los que él consideraba como los proscriptos, los cholos y campesinos desheredados de la patria.

Luego de la conocida derrota de los liberales en julio de 1900, en lo que fue la Batalla del Puente de Calidonia, Victoriano Lorenzo expropia y esconde las armas que él y sus compañeros rebeldes lograron conservar hasta el último momento de aquella gran batalla, y es a partir de este momento que, convencido que su lucha ha de ser más allá del conflicto entre Liberales y Conservadores, comprende que debe organizarse e iniciar su propia guerra de guerrillas por la liberación de su pueblo penonomeño y así sucesivamente la del resto del país.

Estas acciones asumidas por Victoriano, llevan a los conservadores y liberales a firmar el conocido pacto de la hacienda “Neerlandia”, en el que lograron aquel acuerdo de paz definitivo el 21 de noviembre de 1902, firmado a bordo del acorazado estadounidense USS Wisconsin. Con la firma de ese “acuerdo de paz” estuvo más que claro que Victoriano Lorenzo Troya no era parte de aquel acuerdo, y por ende tampoco era el amigo o aliado de los firmantes de dicho acuerdo. Por el contrario, además de haber sido traicionado fue considerado un peligroso enemigo y se ordena así su captura y también la pena de muerte.

Es así que, el 15 de mayo de 1903, seis meses antes de lo que sería “la separación de Panamá de Colombia” y de la firma del Tratado de 1903, el Consejo Militar de guerra, sin más deliberación, dictó la sentencia de culpabilidad y condena a muerte por fusilamiento al General Victoriano Lorenzo Troya, sentencia criminal que se aplicó esa misma tarde a las 17 horas (5 de la tarde), en la entonces Plaza Chiriquí, hoy conocida como la Plaza de Francia, sitio donde fue ejecutado con los ojos vendados y sobre un taburete, sin vacilación, ni misericordia alguna.

Después de aquel fusilamiento, de acuerdo al escritor panameño Herbert George Nelson Austin (q.e.p.d.), “el cuerpo del General Victoriano Lorenzo Troya fue colocado sobre una carreta que era tirada por mulas, que era utilizada para cargar hierbas para los caballos de las tropas. Aquel cuerpo ya asesinado fue escoltado por un pelotón de soldados que en su camino al cementerio lo pasearon por algunas calles de la ciudad, con la finalidad, no solo de exponer el cuerpo, sino también para enviar un claro mensaje de miedo y terror a los pobladores y espectadores, y de igual forma para todo aquel que intentase rebelarse, alzarse o asumir el legado del guerrillero fusilado”.

Al conmemorarse los 121 años del fusilamiento de Victoriano Lorenzo Troya, los panameños y panameñas de hoy entiéndase (académicos, intelectuales, profesionales, jóvenes, mujeres, obreros, campesinos, indígenas, grupos afros, entre otros sectores.), deben mantener viva la memoria histórica en torno a su figura y legado de lucha patriótica, revolucionaria y de liberación. Esto solo será posible en cada acto, conferencia, charla, conversatorio, escrito, concentración, marcha, acción de lucha o evento que en el campo o en la ciudad se realice en honor y recordación de Victoriano Lorenzo Troya.

Es importante señalar que al igual que en algunos puntos del país, como por ejemplo (algunos bustos y los sitios históricos como La Negrita, Campo trinchera) en la provincia de Coclé, la Universidad de Panamá cuenta con algunos sitios que son referentes de Victoriano Lorenzo Troya, como lo son el busto ubicado diagonal a la entrada del Paraninfo Universitario en el Campus Octavio Méndez Pereira, los murales ubicados en la Biblioteca de la Extensión de Aguadulce y La Pinacoteca, así como la Sala Victoriano Lorenzo de usos múltiples del Centro Regional Universitario de Coclé, por mencionar algunos. Además, existe una tumba alusiva a Victoriano Lorenzo Troya, que se encuentra en el Cementerio Amador ubicado en el corregimiento de El Chorrillo la cual merece ser visitada por los sectores y organizaciones sociales que años tras años le recuerdan.

Ante al avance del capitalismo salvaje, sistémico, excluyente y explotador, el momento histórico y de lucha de nuestro pueblo panameño hoy más que nunca, en defensa de nuestra soberanía, los recursos naturales y minerales de la madre tierra, en la defensa y accionar de los campesinos frente al intento hoy por crear los reservorios hídricos multipropósito en la cuenca del río Indio en Coclé y de otros afluentes del país,  por la defensa de la salud y seguridad social, los derechos humanos, las reivindicaciones y conquistas hasta ahora logrados, nos lleva a comprender que la figura y legado heredado de Victoriano Lorenzo Troya, sigue presente y vigente; y por ello, nos atrevemos a reiterar que lo ocurrido aquel 15 de mayo de 1903, es y será por siempre imposible olvidar.

Texto y foto: Félix E. Villarreal V.

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