Por: Dra. Aracelly De León
El IMUP desarrolló su congreso del 8 al 12 de septiembre de 2025, en el marco del XXXII Congreso Científico Nacional. Abordamos diversos temas, que se ven afectados por las relaciones de género. Se contó con unas 50 ponencias.
Entre ellas: La Política Nacional de Género en CTI, a la que todavía las universidades no se han adherido. La influencia de las Conferencias Internacionales de la Mujer realizadas por la ONU. El papel de los movimientos feministas en el mundo, en la región y en el país. La evolución de los mecanismos y las políticas públicas para las mujeres. Los aportes de las mujeres a la historia, la ciencia y el arte en Panamá. El tema de la Seguridad Social y cómo afecta a las mujeres. Género y Comunicación Social. La violencia de género en todos los ámbitos del quehacer humano. La Construcción de las Masculinidades en Positivo. Aproximaciones al género y Desarrollo. La problemática de las Mujeres Rurales, Afro, Indígenas y Adultas mayores. La dimensión de Género en la Arquitectura y en el espacio urbano. Tratamos el tema de la SSRR y el embarazo adolescente
Contamos con un Simposio del Círculo de Mujeres Intelectuales de Panamá, con diversos temas. Se analizó cómo afecta la geopolítica a la dimensión de género. Presentamos el libro de la Dra. Claude Verges: “Retos bioéticos desde Centroamérica y el Caribe”. Analizamos la situación de las administrativas, de las estudiantes y docentes en la UP y cerramos con la Agenda Regional de los Cuidados, por ONU-Mujeres.
Se requiere una Sociedad del Cuidado para empezar a cerrar las brechas de género, en todos los ámbitos de la vida en sociedad: en el sector público, en el privado, en la academia, y en el parlamento. Promover medidas, como centros de desarrollo infantil, y de atención a adultos mayores, que disminuyan la tensión entre los tiempos que hombres y mujeres dedican a los ámbitos laboral y familiar.
Lo más importante es pasar de la igualdad de oportunidades a la transversalización de la perspectiva de género, no solo en las universidades si no en el sistema educativo, en las políticas públicas y en la sociedad en general. Si no se cumple esta tarea continuaremos denunciando violaciones a los derechos humanos porque no hemos sabido inculcarlos en nuestra niñez, juventud y población adulta.
Necesitamos deconstruir las ideas existentes acerca de la gobernanza como el dominio de varones privilegiados – alejados de las realidades de personas comunes y corrientes – e inspirar tanto a mujeres como a hombres para que identifiquen sus propios roles potenciales en hacer realidad una sociedad transformada y más igualitaria.
Hemos analizado diferentes problemas y situaciones que confirman que a pesar de que la Universidad está feminizada, la lógica de funcionamiento sigue siendo masculina y falta participación femenina en la toma de decisiones. Tenemos que cambiar el paradigma imperante en la universidad y en la sociedad. A este cambio de paradigma deben contribuir las políticas de Igualdad en las Universidades.






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