La Universidad de Panamá llega a sus 90 años, su secretario general, Ricardo Parker, recordó que miles de jóvenes en comunidades apartadas logran estudiar sin necesidad de viajar a la capital, gracias a los centros regionales, extensiones y programas anexos que hoy representan casi el 40% de la matrícula universitaria.
La Universidad de Panamá (UP), conocida como “la universidad del pueblo”, cumple este 7 de octubre nueve décadas de historia. Y lo hace con una de sus mayores conquistas: llevar la educación superior a cada rincón del país.
“Un estudiante de Kankintú, en la comarca Ngäbe Buglé, o de Sambú, en Darién, ya no tiene que venir a la ciudad de Panamá para estudiar. Se atiende en su propio territorio”, expresó Ricardo Parker, secretario general de la institución, al destacar la importancia de los 10 centros regionales, 5 extensiones y más de 25 programas anexos que hoy mantiene la universidad.
Actualmente, cerca de 40 mil jóvenes se forman fuera de la capital, lo que representa casi el 40% de la matrícula total. Esto, además de acercar la educación, alivia la carga económica de miles de familias.
Parker explicó que, en promedio, un estudiante debía gastar entre 30 y 50 dólares para trasladarse a la capital. “Multiplique eso por 40 mil jóvenes y comprenderá el enorme impacto que ha tenido la descentralización en sus vidas”, agregó.
El modelo también ha transformado la dinámica de las comunidades. De los 15 mil estudiantes que se gradúan cada año, más de 6 mil lo hacen en centros regionales y extensiones, sin necesidad de viajar a la sede central para trámites como revisiones de crédito o entrega de títulos.
Pero más allá de los números, Parker subrayó el valor social de esta presencia universitaria en el interior del país. En Bocas del Toro, por ejemplo, la UP forma profesionales en ciencias agropecuarias para atender la industria bananera. Y en provincias como Coclé, Colón y Veraguas, se proyecta preparar especialistas en torno a la creciente industria minera.
En su mensaje final, Parker fue enfático: “La Universidad de Panamá no tiene fines de lucro, cobra matrículas de B/. 27 dólares, y aun así logra transformar la vida de miles de jóvenes. El gobierno debe apostar con más fuerza por esta institución, porque aquí está la mejor garantía de una educación de calidad y de un futuro digno para la juventud panameña”.
Por: Alfredo Meléndez Moulton / Foto: Yamileth Donalicio.






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