En una era digital donde la tecnología va de la mano con nuestro diario vivir y el uso ilimitado a la información por medio de la Internet, han trastocado el contexto de la vida profesional, las prioridades al momento de elegir una carrera ha tomado un rumbo distinto, sobre todo en la población más joven, consumidora compulsiva de las redes sociales, quienes ven en la figura de los tan famosos mal llamados “influencers” una vida a seguir.
¿Cuántos de nosotros no hemos escuchado algún niño o adolescentes decir que cuando sea grande quiere ser “youtuber”, “intagramer”, “gamer”, “influencer”? Muy por el contrario a lo que estábamos acostumbrados a escuchar. Quiero ser bombero, doctor, enfermera, maestra, policía y así.
Es lamentable que el mundo creciente de hoy piense distinto y vea como ejemplo la vida de estas personas que en su mayoría no cuenta con una formación académica superior, lo que nos puede afectar en el futuro por la falta de profesionales idóneos en diferentes carreras.
Y es allí donde nos toca a nosotros los padres de familia, inculcar valores a nuestros hijos, quienes están expuestos a un mundo de tecnología y sobre todo destacar la importancia de la educación superior. Soy fiel creyente que la educación cambia el mundo y es la única herramienta que nos permite expandir nuestros horizontes.
Educación que se ofrece la primera casa de estudios superiores Octavio Méndez Pereira, que en sus más de 150 carreras a nivel de técnicos, licenciaturas, maestrías, postgrados y doctorados, ha logrado graduar desde su creación en 1935, más de 300 mil profesionales idóneos, quienes han sacado al país adelante.
Desde sus inicios la Universidad de Panamá, ha tratado de llegar a la población más vulnerable y de escasos recursos, con una matrícula semestral de B/27.50, miles de panameños tienen acceso a sus estudios universitarios, creando de esta forma grandes profesionales en diferentes áreas, por eso es muy importante inculcar a nuestros niño y jóvenes la importancia de estudiar, de lograr una meta y ser el día de mañana un profesional.
¿Se imaginan una pandemia llena de “influencers” y sin personal de salud capacitado para sobrellevar esta situación? ¡Seria un caos!.
Es por ello que llama poderosamente mi atención el fenómeno que las redes sociales está haciendo en nuestra población. Prueba del poco interés en la educación lo vimos reflejado en el alto índice de fracasos en la educación secundaria, mismo grupo que aspira a ingresar a la vida universitaria con dificultades de aprendizaje.
Con toda esta globalización tecnológica deberíamos sacarle lo positivo y empezar a crear patrones educativos, que sean beneficiosos para sus consumidores, creando hábitos educativos y formativos para que el día de mañana los hoy niños y jóvenes, puedan perfeccionar sus vidas convirtiéndose en grandes profesionales al servicio de una nación.
Por: Karla Y. Marciaga Carranza/ Foto: Contrapapel MX.
18/01/2022