Por: Yamileth Donalicio
Para hablar de la (Des) Educación que plantea Noam Chomsky, es necesario entender el concepto como tal.
El autor mantiene el prefijo Des que expresa negación, privación, inversión de la acción o sentido contrario.
Definido el prefijo Des se entiende que la (Des) Educación es lo contrario a educación, algo que se quiere realizar con efectos contrarios al propósito u objetivo que se tiene: mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos; ser el aprendiz que va a realizar logros, dependiendo de cuánto logre dominar, a dónde quiere llegar, cómo utilizar ese conocimiento, cómo lograr producir algo nuevo y excitante para sí mismo, y tal vez para otros.
Chomsky plantea que la (Des) Educación lleva implícito una serie de patrones para hacer lograr su efecto y resultados entre la población y desviar la atención de esa formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.
Su crítica hacia el actual sistema de enseñanza es fehaciente. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas.
Un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles.
LA (DES) EDUCACIÓN EN PANAMÁ:
En Panamá, la (Des) Educación es una realidad que siempre ha estado presente. Pese a los esfuerzos y logros alcanzados por Ricardo J. Alfaro, José Dolores Moscote y el propio Manuel J. Hurtado, quienes dedicaron parte importante de sus vidas a compartir sus conocimientos, el adoctrinamiento, las TIC’s, Costo-Inversión y Evaluación vs Autonomía es notorio cada día.
El adoctrinamiento este manifiesto desde la educación pre-escolar hasta la educación superior. Una prueba fehaciente representó en años recientes de la eliminación de la materia relaciones de Panamá con los Estados Unidos en la que se intentaba explicar a los estudiantes la situación vivida con esta nación desde la separación de Colombia hasta nuestros días.
Con anterioridad se intentaba alejar de ese adoctrinamiento, pero intereses foráneos como locales llevaron a suprimir esa materia con un propósito definido: adoctrinar a las personas que, la política exterior estadounidense hacia los países de la región, era de buen vecino, lejos una política del gran garrote.
¿Cuándo comenzó a colapsar nuestra educación pública? A principios de la década de 1960, se empezó a reducir la jornada escolar. Una escuela se transformó en tres diferentes colegios.
Para mediados de 1970, el devenir natural de la escuela Normal de Santiago, hacia una universidad pedagógica fue bloqueado por la Universidad de Panamá. Los gremios magisteriales, en esa misma década -por razones que explicaremos posteriormente-, se convirtieron en el principal actor de la política de oposición al régimen militar. En 1979 y 1980 organizaron huelgas generales del sector educativo que afectaron tanto a la educación oficial como a la particular. Con apenas dos o tres gremios, se coordinaba a toda la clase magisterial del país.
La descapitalización del Estado panameño impidió, a partir de mediados de 1990, que pudiera dotarse al sistema educativo de los recursos necesarios para dar el gran salto cualitativo en la educación. No es casualidad, que los gremios docentes, nuevamente, salgan a la palestra a reclamar su pedazo de las rentas que produce el Canal de Panamá ampliado. Eso lo hicieron en 1979 con el inicio de la reversión original.
El sistema educativo panameño es una colección amorfa de dos ogros pedagógicos y administrativos: el Ministerio de Educación y la Universidad de Panamá. En ambas instituciones, la relación de docentes a administrativos ha llegado a ser de cuatro a uno en promedio. En contraste, en otros países la relación puede llegar a ser de hasta 15 a uno. Este es el legado de la burocratización de la vida académica. Es mejor ser un administrativo en una oficina refrigerada, que un docente en un campito perdido.
La parte funcional de la operación de las escuelas es el tributo más grande que existe a la inoperancia administrativa. En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.
Eso es exactamente lo contrario de lo que describe Chomsky, como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas.
Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: “No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre”. Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen notas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.
Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron, sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.
Una vez más: la educación debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.
Recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reveló los resultados de la prueba de Escritura del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019).
El informe detalla que las y los estudiantes de Panamá de tercer y sexto grado escriben textos en los que les cuesta desarrollar sus ideas y mantener la coherencia interna. Además, deben mejorar su vocabulario.